Mi Padrino
El pasado casi ha huido, pero aún recuerdo las sombras del silencio en tu estudio. Olor a óleo y aguarrás, mis manos dibujando y las tuyas pintando cuadros de belleza contenida. Rodeados de obras que habían vivido las luces y la alegría impresionista de París. Después te sacudió la España rota, y tu talento quedó reducido a cenizas y al olvido.